Información localizaciónDesde hace algún tiempo vengo quedando cada 4 o 5 meses con Yolanda para comer y charlar un rato. Aparte de sus encantos como persona hay que decir que ir a comer con ella es una experiencia singular ya que conoce a todo el mundo y ¿de vinos?, bueno, una envidia para mi.
Esta vez fuimos a un restaurante italiano próximo a la Escuela de catas, donde nos atendió Bruno, un tipo de origen italiano que ha heredado el restaurante de su padre, lo ha reformado y tiene un aire moderno y acogedor.Entradas
- Sepionet. Sabrosos y limpios, correctos, pero los he comido mejores. 7€
- Vitello tonato. El mejor que he probado pero aun así es un plato que no me acaba de llenar, el sabor de la salsa se lo lleva todo por delante. 4.75€
- Berenjenas a la parmesana. Las sirven en una cazuelita gratinadas con huevo duro y tomate, me gustaron bastante. 4.75€
Principal
- Fettucini negros con almejas. Probé la pasta y estaba bien, las almejas en opinion de Yolanda no valían mucho. 9,25
- Risooto con setas. Bien de punto, con setas de alpaca que no son muy sabrosas, venia adornado por encima con unas tiras de setas crujientes que le daba un plato una textura especial al combinar lo crujiente con lo blando del arroz. 9,50
Nos tomamos dos botellas de vino, un burdeos blanco Chablisienne grand cru, muy bueno, delicado, bien integrado, con fruta y acidez justa. De tinto fue un italiano Taurasi DOCG, joven, mucha fruta, madera pero un buen vino. No obstante el precio me parece muy alto para ese vino, quizás sea mi preferencia personal pero creo que se pueden encontrar mejores vinos dentro de esa gama.
Lo mejor:Lo peor:
El precio, excluyendo los vinos y añadiendo las cervezas del principio fue de menos de 40 euros (los dos) y la verdad es que hoy en día por esos precios poco se puede pedir.
Calidad: 6, Relación calidad/precio: 7
Gracias Fernando, por disfrutar en la forma que lo haces de los pequeños momentos, por la humildad con la que enfrentas la vida.
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