Las freidurías son algo típico de Andalucía y si bien no las conozco demasiado, tengo un recuerdo imborrable del “kiosko de las flores” en Sevilla, un lugar fantástico y de gran tradición junto al Guadalquivir.
Fuimos allí ya que Swetlana conoce a Nico, uno de los propietarios y quería hablar con él para ver como organizamos algunas actividades del club de vino. Fue una charla positiva y Nico un tipo encantador, creo que es el principio de una buena amistad o al menos de una buena colaboración.
El sitio, el del Plá, no es un local muy grande con una cuantas mesas de madera y sillas de tijera pero que no son incomodas, ya que hicimos una “sentada” de dos horas y media y no tuve problemas en mi dolorida espalda. Un sitio sencillo pero agradable.
Sirven el pescadito en cucuruchos de papel, al estilo clásico de los chiringuitos mientras se come por la calle, en este caso te lo sirven en la mesa y a comer!!!.
Mollete de salmón. Es una especie de montadito (grande) con pan tostado y dentro salmón y tomate rallado. Es un pan muy blandito, jugoso, como una especie de bollo. El resultado final, muy rico.
Tomamos tortilla de camarones. Me gustan mucho, estaban buenas y la ración era generosa, no son las mejores que he comido pero estaban buenas, tengo la sensación, quizás por los procesos industriales del copiar y pegar que todas se parecen cada día más.
Puntillas o chopitos. muy bien fritos, muy correctos y ricos, eché en falta un chorrito de limón, quizás una idea para mejorar.
Pavías de bacalao. Lo mejor, buen rebozado y muy jugosas en el interior. Me comería un cucurucho entero ya que el bacalao me encanta. Puedo además decir que hace poco estuve en la super renombrada Casa Labra de Madrid comiendo unos pinchos de bacalao y puedo asegurar que los de “alma del sur”, para mi, son mejores.
Cada cucurucho es de unos 200gr y el precio de las cosas oscila entre los 5 y los 6 euros, francamente mucho mas que razonable para los precios que corren, con un cucurucho uno cena, pero la gracia es ser varios y compartir distintas cosas.
Hubo un salmorejo invitación de la casa, muy rico que acompaño muy bien, no olvidemos que los vinagres se usan en los adobos de pescado.
También tomamos una ración de tarta de tres chocolates que estaba buena, al menos mejor de lo que nosotros hemos sido capaces de hacer en casa :-)
No quiero acabar esta entrada sin hablar de que a pesar de ser un sitio sin pretensiones, el gusto del dueño hace que el tema del vino sea bastante cuidado, tomamos un ribera que no recuerdo el nombre, y una botellita de “la montesa”, un vino muy rico y de gran tradición riojana.
Al final pagamos 60 euros entre tres con dos botellas de vino y una propina decente, es decir que comer o cenar un buen “pescaito” puede salir por unos 15 euretes.
No obstante, como ideas para mejorar, un plato por persona y un juego de cubiertos seria de agradecer.