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Mirando por internet di con un blog que hablaba de este restaurante y por las casualidades de la vida estaba la lado del teatro donde teníamos entradas, así que el el plan era fácil.
El sitio es pequeño, pintado de blanco, con paredes de piedra o ladrillo y un aire antiguo en todo (bombillas, armarios,…). Al frente esta Julián, “el cocinillas”, un tipo curioso, afable y que tiene muy claro su negocio y en lo que se basa: en hacer que el cliente se sienta como en casa con una atención personalizada; así por ejemplo no tuvo ningún reparo en hablar de como estaban hechas las recetas que habíamos comido, cosa muy muy poco habitual, donde casi cualquier cosa se considera “secreto de estado” .
Si nos ceñimos a lo que hubo en el plato alternaron cosas muy buenas con otras más normales pero desde luego si podemos decir que utiliza materia de primera, así que con preparaciones “sencillas” obtiene muy buenos resultados.
Habíamos comido en casa de mi suegra, así que claro a pesar de haber pasado 8 horas no andábamos con mucho apetito por lo que elegimos comer como más nos gusta últimamente: todo a compartir.
Entradas
- Mejillones con curry (1x8,75€). Para mi lo mas flojo de la noche, era un curry suave pero así hacia (casi) desaparecer el sabor del mejillón, así mismo para suavizar el plato lleva demasiada nata… no esta mal, me gustó probarlo y me lo comí casi entero, pero la próxima vez probare algo distinto.
- Vieira con caprichos(1x9,50€). La viera sobre su concha, va con una velouté muy suave que incluye champiñones y con una fina capa de pan rayado al horno. Bien ejecutada, y estando muy rica, no sorprende.
- Tortilla de bacalao con pimientos confitados (9,75€). Nos gustó mucho a los dos. Los piquillos confitados le dan un toque estupendo y la presentación y el sabor muy ricos, no es una ración muy grande pero merece la pena.
- Timbal de aguacate con chipirones (9,50€). En trozos grandes mezclan aguacate (muy bueno) con tomate y zumo de limón (lima?) y lo sirven en un aro. Encima ponen unos chipirones (excelentes igualmente) y se sirve. Buena materia prima, tratada con cariño y sin complicaciones da a lugar a un plato que me encantó y que haré en casa seguro .
Postres
- No pudimos con nada y mira que lo siento.
Bebidas
- Pedimos una botella de Rioja de Solar de Becker autor (22€). Pues me lo recomendó (la verdad es que insistió en que tomáramos blanco pero ...) y para mi gusto por ese precio es un poco caro, auqnue el vino estaba bueno.
La carta de vinos es un poco limitada y los precios un poco altos en comparación con otros locales similares, pero también es cierto que intenta ofrecer algo diferente en su carta.
Lo que más me ha gustado:
- Con diferencia el trato.
- El detalle de nada más entrar ponerte una jarra de agua (sin cargo) con el aperitivo.
- Comedor agradable, mesas amplias, vajilla y cristalería cuidada.
- Buena relación calidad precio, teniendo más en cuenta calidad que cantidad.
Me habría gustado más si:
- Carta de vinos un poco limitada.
- Era un día de diario y era un poco ruidoso, supongo que los fines de semana debe ser un poco menos cómodo desde ese punto de vista.
La nota fue de 20€ por persona sin incluir las bebidas (vino, agua, cafés, cervezas, refrescos, copas…).
Una cena típica saldrá más por los 25-30€ que por 20€, tener en cuenta que no tomamos ningún postre, pero desde luego nos quedamos bien con las cuatro entradas.
Calidad: 7; Relación calidad/precio: 7,5.
Bajamos andando hasta Atocha y ahí cogimos un taxi hasta casa, un día estupendo con mi chica.