miércoles, 13 de marzo de 2013

Escritura creativa I

Escribir quizás fue mi segunda afición (tras la lectura) y desde luego mucho antes que fotografía o cocina; así que desde bastante jovencito escribía relatos cortos y poesía que con mis ahorros mandaba por carta a concursos… nunca obtuve ningún premio, en el mejor de los casos me devolvían lo enviado. Ahora eso no importa demasiado, la escritura me ha ayudado a sobrevivir sin prozac, empujando a golpe de silabas y de tinta las tristezas que de vez en cuando ensombrecen mi espíritu.

Gracias al programa de Alicante Cultura, he empezado un curso de escritura creativa, el lunes fue mi primer día y aquí esta mi primer ejercicio (unos 30 minutos), un relato que debía hablar (no solo contener) dos de estas cinco palabras: sinfonía, alegría, luna, llover y mar.

Joaquín se despertó con el mismo ruido con el que se había despertado en los últimos tiempos, un ruido constante y monótono, unas veces más fuerte y otras veces más ligero pero que nunca paraba, como una vecina cotorra, como un profesor aburrido, el sonido entraba en en su cabeza y no escapaba.

Miró el calendario y volvió a mirar a la ventana, un día mas había transcurrido pero nada había cambiado, ¿hasta cuando seguiría así?.

Hacía ya más de seis meses que llovía, que llovía sin cesar, que llovía como diluvio, que llovía con esa persistencia que le enloquecía. Tampoco había casi luz, el sol seguía brillando pero llegaba sin fuerza, incapaz de superar aquella capa de nubes que soltaba agua, sin pausa, sin medida, en una sinfonía de lluvia, un concierto infernal y acuático que estaba seguro no tendría fin.

Pero él, el si tendría fin, como muchos de sus vecinos, como sus amigos, como el de los cultivos anegados por los ríos desbordados, de animales muertos de carreteras y vías férreas que se deshacían bajo la constancia irrefrenable de la lluvia.

Ya nada era igual, la lluvia como en ele relato de Noé había transformado el mundo que conocía y con la cabeza entre las manos se preguntaba como unas gotas de agua podían acabar con toda una civilización. ¿Que había pasado?. Nadie sabía y lo peor es que nadie tenia una solución, solo ya quedaba desesperanza, abandono, dolor derrota… seguiría en aquel sofá, inmóvil, mirando como la lluvia golpeaba las ventanas mientras esperaba que la muerte pasara a recogerlo.

 

1 comentario:

  1. Es que... va de mi!!!;)
    Me ha gustado y me quedo a la espera de como va a seguir la historieta:)
    Ánimo, que esto tampoco se te resiste!;)
    R.

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