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Siguiendo con nuestro periplo gastronómico bimensual esta vez le toco a Jorge elegir y eligió este pintoresco restaurante situado en el centro de Alicante.
Al llegar la primera cosa que llama la atención es que la entrada no es por la calle Valdes si no por una paralela, peor bueno son solo anécdotas. el local es muy pequeño, no más de 24 comensales, las sillas son muy antiguas y en no muy estado, francamente debería cambiarlas por otras más cómodas aunque mantenga su estilo antiguo, las paredes llenas de fotos de las que se desprende un aroma francés, botellas en las estanterías, todo apilado, el sitio desde luego puede calificarse de original.
Nos sentamos, cervezas, un fino para mi con algo para picar sobre la mesa mientras se reunen los comensales. Al rato aparece Bar tolo, propietario, maitre y camarero de del local; como ya me habían dicho no hay carta y nos canta los platos y bien expresado lo de cantar pues lo hace con una cierta entonación. De entrada elegimos para compartir:
- Alcachofas con jamón y foie. las alcachofas están hechas como a la plancha, con unas virutas de jamón natural por encima y un buen trozo de foie en el centro. El jamón bueno pero el foie me encantó.
- Ensalada de bogavante. Medio bogavante por plato, con una salsa tártara sobre hojas de endivia y con varios tipos de lechuga con un aliño simple, clásico, pero muy bueno.
- Magret de pato. Estaba bueno, para mi prefiero el de "la vela" pero hecho de una forma que me llevo de regreso a uno que me tome en un pequeño café de la Avenida de Montmatre en París. En cualquier caso decir que estaba bueno.
- Carrilleras de ternera. Para mi la ración era un poco escasa pero francamente muy buenas, quizás la mejor elección en carnes.
- Entrecot de buey. Sabroso, bien de punto peor cortado muy fino con lo que pierde bastante, es una opción pero desde luego no lo que elegiría yo.
- Merluza. Servida con una especie de "a la vasca", salsa muy rica, quizás un poco liquida. Merluza de excelente calidad y con buen punto de cocción.
El vino fue un Rioja "pergamino" crianza, sabroso y económico, 3 botellas y un poco de agua regaron la mesa.
Completamos con unos cubatas, unas risas, el chiste de la tortilla que gusto mucho, la 1 de la madrugada y cada mochuelo a su olivo. Una buena cena y una excelente compañía.
La factura surrealista, un papel que pone 8 comensales, total 320. La verdad es que muy bien de precio para lo que comimos y bebimos.
Calidad 7.5; Relación calidad/precio 8.5
