Hacia tiempo que Javier me había hablado de ellos, gente joven con mucha ilusión y con la experiencia de uno de los mejores restaurantes de Alicante (Tragallum). En pleno casco antiguo es un sitio separado en dos partes, una un comedor y la otra una barra con taburetes y algunas mesas para picar. El sitio es normalito, sin ningún lujo, pero aceptable, lo peor quizás unas sillas de enea no demasiado cómodas...
Decidimos ir allí por que en la feria de Vinospe (espectacular) nos presentaron y nos informaron de que iban a hacer las jornadas gastronómicas del pato, así que decidimos probar. Tras que nos "fallaran" las delegaciones búlgara, eslovaca y lituana, acabamos los 4 en familia atacando el pato.
Vayamos con el menú:
- Terrina de foie casero. Servido con una especie de pan de sésamo y una confitura de higos. La verdad es que las dos cosas acompañaban muy bien el foie que estaba buenísimo.
- Ensalada templada de mollejas y jamón de pato. Para mi gusto prefiero la de "la vela" ya que aquí la lechuga esta del tiempo y las mollejas templadas, prefiero cuando todo esta templado. No obstante las mollejas espectaculares, quizás las mejores que he probado, servidas sobre cebolla confitada que hacia una mezcla de texturas y sabores muy adecuada.
- Solomillo de pato. Eran dos filetitos alargados de pato, ante mi ignorancia de que parte del pato era esa me informaron de que era una parte que hay entre el muslo y la pechuga, estaba bien pero no me dijo mucho, la carne quizás un poco dura y no demasiado sabrosa. Se acompañaba de manzana caramelizada y una mini brocheta de verduras, que hacían el plato vistoso en su presentación y completo en su contenido.
- Pechuga de pato. Como todo magret se servía en filetitos, en este caso cortados demasiado finos lo que hizo que al ser calentado el plato se quedaran un poco secos. el sabor era muy bueno y también la cebollita caramelizada acompañaba muy bien. Lo servían así mismo con trocitos de regaliz, que sufrieron la misma penuria que la carne... al ser calentados se quedaron demasiado duros y eran una goma difícil de morder. Todos opinamos lo mismo y lo apartamos. Quizás el plato más flojo dentro de un nivel muy bueno.
- Muslo de pato crujiente a la naranja. El muslo venia deshuesado y el sabor a naranja demasiado suave, pero por lo demás riquísimo (me encanta esta parte del pato), jugosa la carne, crujiente la piel, muy bueno.
- Turrón a la piedra. Evidentemente el postre no se podía hacer de pato así que eligieron acabar el menú con ese plato, en realidad era un helado de turrón, que encontré apropiado para una cena compuesta por una carne que es bastante grasa. Ana y las peques no opinaron lo mismo y no acabaron el postre.
Todo ello por un precio de 29€ por menú más las bebidas, no es un regalo pero la verdad es que me parece un precio muy comedido para lo que se esta cobrando en los restaurantes por materias primas mucho mas normales y no bien cocinadas. Desde luego a repetir si si la ocasión se presenta.
El vino tomamos un ribera, joven con algo de madera, que fue el que nos recomendaron para acompañar todos los platos, es cierto que no es fácil maridar todos los platos con único vino, pero este la verdad es que muy afrutado al principio pero luego se quedaba muy corto, apenas nada de persistencia, para la próxima vez si no cambian de vino elegiré otro de la carta.
En resumen. muy buena experiencia. Calidad 7,5; Relación calidad/precio: 8
Otros links: www.elsumiller.com,
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