Pequeño y coqueto restaurante de decoración marinera al borde del mar. Restaurante conocido por todos los que viven en el rincón como un restaurante familiar, en el que llevar a los niños y comer por un precio módico. Dado que en nombre lleva la etiquete de "pizzeria" es posible mientras los nenes coman pizza y pasta, si no enseguida veremos que los precio se van un poco mas allá de lo deseado por el cliente manteniendo la corrección.
Domingo 16 de diciembre de 2007. 14h30, cuatro personas.
Llegamos a la hora y el restaurante estaba lleno, una mesa la lado del ventanal, las cartas y a elegir. Dos entradas:
- Ensalada de la casa, correcta con una salsa agradable, lechuga, espárragos, huevo duro, zanahoria, etc, lo clásico solo diferenciado por el aliño.
- Foie-gras(16€). No voy a entrar en discusiones sobre si es el mejor de Alicante o no, pero es casero, delicioso y servido con confitura de higo, rosas y violetas que les aporta un aroma y sabor nada común, francamente notable pero servido con un pan (muy) tostado, frío y demasiado grueso. Lastima que una materia prima tan excelente quede difuminada con un acompañamiento que no esta a la altura.
- Entrecot a la plancha(16€), carne de buena calidad, correcto de punto y poco más puedo decir.
- Magret de pato para dos personas con reducción de vinagre de frambuesa(22€). Muy rico, bien de punto, la reducción de vinagre de frambuesa esta muy lograda aportando dulzor y acidez. Yo soy más de confit que de magret, pero...
- Hojaldre de merluza con una salsa de estragón(16€). Muy bien presentado, un contraste de colores y de sabores muy bonito, probé de plato ajeno y me gusto mucho, el hojaldre, tenia algo especial un sabor que no se definir muy bien, pero que lo hacia algo fuera de lo común, especialmente bueno.
La comida se acompaño de dos botellas de vino de "Marqués de Riscal" rosado, como no me gusta mucho el rosado.... amistad obliga.
Lo mejor. Comida buena, sorprendente en parte, no se espera uno una cosa así de una "pizzeria de playa". Hay pocos sitios en Alicante para comer pato, este es muy recomendable.
Lo peor.
- Las guarniciones de los platos, esas patatas que parecen de hamburgueseria barata y esas judías verdes de bote no están a la altura de las circunstancias y además lo mismo para todos, lo mismo da chuletón que pato, guarnición idéntica. Además creo que el esfuerzo debe hacerse por imagen y por que los precios ya son de restaurante con pretensiones.
- La bodega, precios ala laza y referencias a la baja, buscando lo clásico, evitando aires mas modernistas (Puelles, finca Valpiedra, etc). Comprendo que el local es mínimo pero... eso sí, vino sacado de la nevera de vino y servido a temperatura correcta.
Resumen. Calidad 8; Relación calidad/precio 7,5
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